24 de octubre de 2011

Disfraces



Un hooliganesco Thor y yo llegamos temprano. No era novedad; el dueño de casa era William Walace, su caballito de batalla; la música la bajó de un "mix para fiestas de disfraces". Cueck.
Al menos había un Wally (yo lo encontré) y un mormón con un churiquen en la cabeza. Sangraba estilo zombie. 'Esos son los resultados de la globalización y el uso indiscriminado de internet', díjeme a mi misma.


Perdí a mi amigo Thor en brazos de una flaca vestida de hombre, que al final le tiró bien poca pelota porque se dedicó a atinar con una Frida Calo que pululaba sonriente. Qué manera de besarse ese par de mujeres.

Thor buscó refugio en una bailarina de fox trot. Ella jugaba sonriente con el collar de perlas que parecía descender desde la sonrisa hasta el escote ante el que mi amigo sonreía con expresión de lobo domesticado. Pero fue imposible prestarles más atención. La flaca de bigotes y un simulado paquete de fieltro bajo el pantalón se está besando muy deliciosamente frente a mi con  Frida. Cómo me gustaría besuquear con tantas ganas a alguien ahora, pienso....y mi deseo se hizo una orden. Frida extendió una mano sin mirar y suavemente me invitó a entrar en ese espacio. No se cómo ocurrió, pero me incluyeron ambas al mismo tiempo en sus bocas. Si no lo saben, créanme que se puede: un beso entre tres lenguas, acompasado y rítmico como el sexo mismo, delicioso, sin límites.

Nadie se atrevió o a nadie importó;  pero los que miraban, miraban de reojo. Yo me dejé llevar por esa dulzura caliente de las lenguas del mismo sexo pero de géneros disímiles. Minuto tras minuto, recibiendo los apretones de sus dedos y las presiones corporales,  me preguntaba cuando sentiría el ardor natural de dichos menesteres. La flaca se retiró y Frida mostró mucha experticia con esta novata.Una mano pasó por mi pecho una y otra vez, tiró mi cadera hacia la suya, rozó mis piernas, mesó el pelo de mi nuca...

Luego de un rato, me alejé mirándola con curiosidad. Frida sonriente me dijo que le encantaba la energía de las mujeres. Conversamos un poco y me despedí pensando qué descomplicado sería que me gustasen las mujeres. Pero, ¿cómo preferirlas a la energía bruta, poderosa de los hombres?

Thor, entretanto, se había metido a una pieza con la chica del fox trot, que salió de ahí con una cara muy seria y se ofreció a llevarme a mi casa. Ah, mi amigo Thor es un caso. Tironeó de mi chaqueta porque quería que me quedase, pero le puse un dedo en los labios y le dije que me iba por que él así lo había querido.

Al fin y al cabo, me cambió por la flaca del paquete ficticio, luego por la bailarina de foxtrot...ni siquiera me miró cuando Frida se banqueteaba conmigo, y otra vez me quedé sin mi lección de baile. ¿Será por que yo no llevaba disfraz? Habráse visto...

Desvergonzada Isabel

No hay comentarios: