19 de enero de 2012

Como las bestias


Acampábamos en un maravilloso parque de la región de la Araucanía y el día había sido espléndido. El anfitrión de la velada era Rodrigo, un estudiante universitario en la capital, criado en el campo de Temuco hacia el interior.


Cómo no coronar aquel paseo de lagos turquesa, araucarias gigantescas y tortillas al rescoldo con unos buenos combinados. Cristina y Felipe prendieron como pasto seco y se fueron a acostar rapidito. Claudia exageró la nota con los tragos y luego de devolver todo lo comido durante el día se quedó dormida en la otra carpa. 

Mientras Claudia yacía inconsciente en un rincón yo me envolví en mi saco y Rodrigo en el suyo. Empezaba a quedarme dormida cuando comenzó un juego de seducción atípico. Rodrigo acercó su cuerpo al mío y mientras rozaba los sacos de dormir aproximó su boca a mi oreja, y profirió un insólito discurso:

Te voy a dar como las bestias hueona; te doy a dar como las bestias, potranca”… “yo tengo un condón, un durex, y lo quiero usar para darte hueona, pa que te sintai mina”… “En el campo a las indias les muerden las orejas pa calentarlas… yo calzo 45, hueona!”

Mientras el tipo profanaba mi oreja e intentaba morderla, yo lo empujaba y hacía callar:

“Así me gusta, que me cueste, así me gusta, potranca…”

Finalmente entendió que aquello no era agradable y dormimos un rato. Antes que saliera el sol ya me había levantado, bañado y preparado el desayuno para todo el grupo, quiénes encañadísimos no entendían mi entusiasmo. Por supuesto que mi único objetivo era zafarme de este campesino que fantaseaba con ser el patrón de fundo que lazeaba a las indias desde su caballo para violarlas en algún matorral... ¡¡¡y llegó a pensar que aquello podría excitarme!!!

 Avergonzada Carla

1 comentario:

Anónimo dijo...

y el tipo creía que con esta bestialidad te ibai a "sentir mina", la verdad ¡¡¡¡me cagué de la risa con este relato!!!!