1 de septiembre de 2012

El Cuento del Tío

Tenía como 23 años entonces, y aunque era bien pava estaba consciente de mis atributos (mucha pechuga, copa C). Mi inocencia era tal que sólo me había acostado con mi pololo de varios años y un cuasi polvo con un amor de niña (un rucio cachetón que no duró ni una postura, pero eso queda para otra historia). Fui al campo de una tía a pasar el dieciocho de septiembre, ahí hicieron una especie de fonda familiar que terminó siendo a beneficio mío pues me habían robado todos los documentos en el viaje. Entretanto malestar apareció este tío político. 
Lo había conocido en el verano, era el amigo buena onda de la familia que me acarreaba a todas partes . Tenía fama de Casanova, de niña siempre escuché tanto de lo lacho que era como de lo hábil en la cama, lo que lo hacía ser deseado por todas las mujeres. 

Comíamos juntos en aquel asado, me levanté al baño, y al pasar por uno de los dormitorios siento un jalón y de pronto WOW me encuentro rodeada de oscuridad, un hombre susurra en mi oído: -Hace rato que estaba esperándote-. Yo me resisto y a tientas doy con el interruptor, recién ahí me di cuenta quién era aquel atrevido -Estai loco weón, tu señora está allá afuera con tu hijo-. Mi acervo ético y moral producto de toda una vida en una sociedad cristiana afloró. -No me importa- dice y acto seguido me agarra y me besa. No reacciono... pienso en lo atractivo que es, su piel morena, voz ronca...me enciendo. Nos besamos y luego salimos del cuarto cual si nada hubiese pasado.

Después de ese episodio, empezó a llamarme a casa a diario para decirme cuánto yo le gustaba hasta que el siguiente verano se separó de su señora. Un día me llamó en la noche como siempre lo hacía, ofreció pasar por mí y yo acepté, estaba soltera para ese entonces y deseosa de disfrutar de un buen polvo. Me depilé rápidamente, me puse mi mejor ropita interior fucsia y partí no más. 

Fuimos a un motel en calle Larraín El Internacional, él venía con aroma a piscola (¡me encanta la piscola!). Nos agarramos a besos furiosos, ansiosos, me sacó la ropa a lo bruto mientras yo le hacía lo mismo, nos metimos en la cama, me rogó que se lo chupara, yo lo hice mientras él gemía muy fuerte, luego me monté sobre él y... todo acabó en menos de 10 minutos.  

¿Mi fantasía del Latin Lover a quien había esperado por tanto tiempo? Se desmoronó, a decir verdad él era rico hasta que nos metimos a la cama... Luego me abrazó y me hacía cariño y decía: -Eres tan linda, rica, pucha que lo pasamos bien- ¡¡¡eso fue lo peor!!! yo lo miraba con ojos asesinos. Creo que ese  fue el peor "cuento del tío" que pude vivir jamás.

Desvergonzada María Antonieta



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